El palacio de las blanquísimas mofetas de Reinaldo Arenas par David Torres

Versión en francés

Reinaldo Arenas, El palacio de las blanquísimas mofetas, Tusquets, 2001 [Le Palais des très blanches mouffettes, traduit de l’espagnol (Cuba) par Didier Coste, Mille et une nuits, 2006, 480 p.]

Fortunato crece en el seno de una familia de campesinos en la Cuba de mediados del siglo XX. Es fruto del romance efímero de Onérica con un anónimo guajiro que desaparece ante la evidencia de su llegada. Él crece en una casa habitada por mujeres desgraciadas, abandonadas y con la marcada ausencia de su madre; que logró escapar a EEUU en pleno declive de la dictadura de Batista. Fortunato hubiera podido ser el hombre que Polo, su abuelo, había deseado como hijo: un hombre que trabajara la tierra, que asegurara el pan a la familia. Pero él no responde a sus expectativas. Es un adolescente sensible e inquieto al que la tragedia de sus tías, la miseria en la que viven y las limitaciones de la Cuba prerrevolucionaria hacen germinar en él una necesidad vital de fuga. Desea salir de aquella casa custodiada por la muerte que, seductora, flirtea constantemente con cada miembro de la familia. Fortunato busca ampliar sus horizontes y encuentra en el sueño revolucionario la posibilidad de alcanzar la libertad, que tanto anhela. Consigue escapar de su casa siguiendo a los rebeldes, pero el sueño vira a la pesadilla cuando es capturado por miembros del ejército de Batista.

El palacio de las blanquísimas mofetas es la segunda entrega de la Pentagonía que el escritor cubano Reinaldo Arenas dedicó a la Cuba revolucionaria. El manuscrito se publica por primera vez en 1975 en Francia, mientras Arenas cumple condena por escritor homosexual y antirevolucionario en plena dictadura castrista. 

El autoretrato ficcionado que nos ofrece Arenas tiene un original estilo, rico en propuestas, que nos sorprende por su surrealismo mágico y por la representación de la salvaje realidad sociopolítica de la Cuba de aquella época. El carácter incisivo y reiterante de ciertos aspectos de la historia puede pesar al lector, pero a su vez alimentan el ambiente asfixiante que es motor para el avance de la acción. Leer hoy a Arenas, nos conecta con él, con su sed de vida, con su tierra y sus gentes de tal manera que sentimos en carne propia el mito de la Cuba revolucionaria.

David Torres