Opio en las nubes de Rafael Chaparro Madiedo por Francisco Izquierdo-Quea

Rafael Chaparro Madiedo, Opio en las nubes, Editorial Babilonia, 1992

Los destellos de la Generación X

En el prólogo de la antología de cuentos McOndo (Gijalbo-Mondadori/Barcelona 1996), los editores responsables, Alberto Fuguet y Sergio Gómez, ponen sobre el tapete su intención de presentar dicha publicación como el punto inicial de ruptura en Latinoamérica con la tradición del canon impuesto por el realismo mágico y optar por un cosmopolitismo ya emergente desde los años 80 y acentuado en la década siguiente (mucho tuvieron que ver en ello las primeras traducciones al español de, al inicio Bukowski, y luego Richard Ford, Raymond Carver y Bret Easton Ellis).

Gómez y Fuguet señalan el rol de las grandes editoriales estadounidenses (y españolas) al momento de elegir únicamente textos “sabrosos” y/o folclóricos de cualquier escritor latinoamericano. Su antología, de una calidad bastante discutida, propone en su prólogo lo más interesante: una secuencia en línea de tiempo de lo que fue 1) el fenómeno editorial creado gracias al Boom, 2) la brecha intermedia del Post Boom y 3) la voz de la Generación X latinoamericana, en donde ellos aparecerían como compiladores y promotores.

No incluyeron en esa antología al colombiano Rafael Chaparro Madiedo por motivos desconocidos, pero concretamente porque para 1996 él ya estaba muerto y porque, por ende, era imposible acceder a un cuento inédito suyo que formara parte de dicho volumen.

Opio en las nubes (Premio Nacional de Literatura 1992), novela de culto por su historia e ideología posmodernista, presenta una Bogotá de ensueño, llena de rock, drogas, alcohol, mar y ultraviolencia. La agilidad de su narrativa va de la mano con sus personajes tan vitales, coloridos, sombríos y plagados de un infierno personal que termina siendo común para todos al entremezclarse bajo el cielo gris de la ciudad.

Es este relato múltiple una historia en medio de la urbe y el caos, y que avanza hacia muchos sentidos: la música, la oscuridad, pero sobre todo hacia un vano intento de encontrar una salida a una realidad surreal, solo para salvarse o morir, y darse cuenta que poco importa eso cuando salvo el presente, todo termina siendo lo mismo. Su narración se centra en personajes entrañables, algunos como el gato Pink Tomate, sensible y lleno de sabiduría mundana; su dueña, Amarilla, una antiheroína víctima de las leyes patriarcales, pero a su vez una insurgente llena de ansiedad y de ganas de vivir la vida como venga; el poeta Max, entregado plenamente al alcohol de forma suicida; y Sven, un rimbombante epicúreo lleno de cinismo y falso amor.

La década de los 90 y todo lo que reclamaban los McOndos no podía estar mejor representada en este maravilloso libro. Cero idealismos, la caída del Muro de Berlín, el fin de la utopía comunista con la disolución de la URSS, el Periodo Especial en Cuba, la retirada de la izquierda del campo de batalla para pasar a las instituciones e universidades, el paso y triunfo total del capitalismo y sus nuevas reformas sociales y políticas. Todo aquello que terminó de envolver a la Generación X hasta desaparecerla. Hasta situarla en la inmortalidad.

Francisco Izquierdo-Quea