Luis Sepúlveda, Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar. Una novela para jóvenes de 8 a 88 años, Maxi Tusquets Editores, 1996
Luis Sepúlveda (Chile 1949, Oviedo 2020) es un escritor chileno conocido y leído en todo el mundo por Un viejo que leía novelas de amor (1992); tiene, además, una lista grande de títulos en su haber. Sufrió prisión durante la dictadura de Pinochet y abandonó Chile tomando Europa como nuevo rumbo, donde se la pasó viajando sin mostrar interés alguno por regresar a Chile, algo que le fue severamente criticado. En la mayoría de sus obras se destaca su compromiso por el medio ambiente, el futuro de la humanidad y una crítica del comportamiento humano que considera egoísta.
Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar. Una novela para jóvenes de 8 a 88 años llamó de inmediato mi atención: primero, porque me encantan los gatos y, segundo, por su advertencia en la edad. Me hice una pregunta. ¿Qué puede tener de especial esta historia para atraer a niños, jóvenes y adultos mayores? Pues nada más ni nada menos que temas tales como la amistad, la solidaridad y la esperanza. Es una bonita historia con un argumento sencillo y un lenguaje directo que invita a una rápida lectura cargada de cómicas aventuras y que, al final, deja un grato sabor de boca que motiva a seguir adelante.
Laufenburg, Alemania, es la ciudad que elige Sepúlveda para sentarse a escribir este relato entrañable desarolla en Hamburgo sobre una gaviota que es víctima de nosotros, los humanos, pues muere al caerle petróleo en sus alas. Pero antes de morir logra volar y llega a casa de Zorbas, un gato grande, negro y gordo, al que le hace prometerle tres cosas; una de ellas, la más importante, es enseñarle a volar a su polluelo.
Vaya promesa que tendrá que cumplir Zorbas. Lo bueno, de todas maneras, es que no estará solo y lo ayudarán sus amigos felinos Colonello, Secretario, Sabelotodo y Barlovento; entre todos, deciden llamar a la avecilla, Afortunada. A lo largo de la lectura se enfrentarán a varios obstáculos, pero nada que la amistad no pueda vencer.
Esta obra literaria fue pensada por Sepúlveda para sus hijos. Tiene un contenido ecológico, lleno de valores, e importa una fuerte denuncia del desastre ecológico que sufrimos: notablemente, el producido por desechar combustible en el mar. Esta historia te hará pasar por un remolino de emociones; particularmente, me quedo con una frase que Zorbas, el gato negro, le dice a Afortunada, la gaviota: “…. Al borde del vacío comprendió lo más importante, sólo vuela el que se atreve a hacerlo”.
Mónica Pinto