Un verdor terrible de Benjamín Labatut por Camilo Bogoya

Benjamín Labatut, Lumières aveugles, traduit de l’espagnol (Chili) par Robert Amutio, Seuil, 2020, 228 p.[Un verdor terrible, Anagrama, 2020]

Historias luciferinas de la ciencia.

Un verdor terrible de Benjamín Labatut

Un verdor terrible explora en cuatro relatos, o textos sin género, la relación entre la física, las matemáticas, la química y el horror. En una época en que la ciencia es una de las pocas certezas que nos queda, la fuerza de estos relatos estriba en hacer vulnerable dicho credo. Labatut aborda la cara luciferina de la ciencia, engendradora de crueldades, catástrofes, guerras, suicidios y hombres que enloquecen.

Estos hombres señalan con el dedo el lugar central que ocupa la ciencia en las hecatombes de la historia, cuando la inteligencia tiene que doblegarse a los delirios del poder. Son protagonistas marginales que empiezan a figurar poco antes de que la Gran Guerra sumerja a las naciones en una pesadilla de la que no hemos despertado. Son hombres que rompen con la sociedad, que están escindidos entre la sed de comprender y la sed de huir, entre el genio y la paranoia. Se llaman Fritz Haber, Karl Schwarzschild, Alexander Grothendieck, Werner Heisenberg, Erwin Schrödinger. Del otro lado del espectro, desde la cordura, se pasean profesores que no descarrilan, por ejemplo, Albert Einstein, el gran personaje secundario del libro, quien lucha por darle una coherencia a los modelos variables de la física.

El método de Labatut es el del biógrafo: detalles escabrosos, íntimos, pequeñas biografías superpuestas que tejen una historia. Y al mismo tiempo el método del ensayista: darle cuerpo a una serie de ideas, siempre originales, que podemos resumir en la faceta destructiva del saber, en el misticismo de los científicos, en la ruptura social como única forma para sobrevivir. El método es semejante al de Vila-Matas en Bartleby y compañía, o al de Bolaño en Historia de la literatura nazi, o al de Pascal Quignard en muchísimos de sus relatos. Pero Labatut sale de la escuela de la metaliteratura, cambia de erudición y propone un artefacto novedoso, fresco, atractivo, con un mínimo de ficción y un máximo de verdad histórica, lleno de imágenes que vuelven accesibles las ideas más complejas de la mecánica cuántica.

Tanto el biógrafo como el ensayista buscan los lados más enigmáticos de la vida de los científicos (que tienen vidas como las de muchas personas), y los lados más tenebrosos de las ideas. Entre biografía y ensayo, ambas líneas se cruzan en una narrativa para decir los tiempos en que vivimos, para colocar sobre la mesa la barbarie a la que nos ha llevado el conocimiento. Y eso lo hace Labatut sin dogmatismos: la ciencia no es solamente una marioneta de los poderosos.

A estos cuatro relatos, o textos sin género, se suma un epílogo: el narrador vive en un pueblo, en Chile, donde le compró una casa a un teniente retirado del ejército. De vez en cuando se encuentra con el jardinero nocturno, un matemático que le habla de Fritz Haber, de Alexander Grothendieck. El jardinero es un extraño personaje que resume los cuatro relatos y vuelve a ellos, antes de que el libro se acabe, para insistir en esas vidas que ordenaron el universo en una serie de ecuaciones, vidas que, a pesar o gracias a este empeño, fueron gobernadas por el caos.

Al narrar ideas y biografías, el libro debería ser factual; pero Labatut también narra a través de insinuaciones y de sugerencias. Y por eso Un verdor terrible retoma una serie de tópicos científicos para reflexionar sobre el mundo de hoy: los agujeros negros, la incertidumbre, la singularidad, la identidad múltiple. De manera indirecta, el libro de Labatut sugiere que necesitamos de un lenguaje renovado para pensar (no resolver) los problemas actuales. Por lo tanto, ver el mundo de hoy a la luz de una historia luciferina de la ciencia, ver la entropía del ahora como la consecuencia de un sistema que se ha ido desmoronando, son los temas invisibles de este libro, la sombra que habita cada una de sus páginas. Una sombra terrible para la cual no hay ecuaciones ni paradigmas, y que la literatura anticipa. La sombra de un agujero cuya densidad nos está devorando, irremediablemente, como si añoráramos el camino hacia la destrucción.

El 13 de octubre del 2021, El País anunció La piedra de la locura, ensayo que prosigue el método que he descrito. En la crónica de Camila Osorio, hablando del éxito explosivo de Un verdor terrible, dice Labatut: “la literatura no es un concurso de popularidad, es una caminata alrededor de un enorme agujero que se lo traga todo, y que me va a tragar a mí también, tarde o temprano”. Antes de que la literatura lo devore, las fauces de la popularidad lo han acariciado: recordemos que Barack Obama, con criterio de lector independiente, incluyó el libro de Labatut en la apretada lista recomendada para el verano del 2021.

Camilo Bogoya